Isemay- Parte 30.1 MUERTO

Como el capítulo anterior fue cortito, continúo con el siguiente... Espero que os esté gustando.
  
Capítulo 30


Osmar había intentado mantener la calma durante todo el día anterior, paseó por el barco durante la tarde, intentando mantener sus pensamientos alejados de las palabras de su esposa. Había ayudado a limpiar la cubierta, preparar la cena, estudió los mapas, escribió el cuaderno de viaje, y volvió a mirar los mapas. Se levantó, se sentó, se tumbó, bebió, hizo todo lo que pudo para intentar comprender que iba a pasar su vida sin ella, y su mente trato de hacerle entender, pero su corazón no quería escucharle.
Cuando el sol se marchó y llegó la noche, seguía teniendo el mismo pensamiento, ella era suya, y para siempre.
Por la noche había intentado dormir, bebió hasta cansarse, el alcohol siempre le provocaba un estupor que traía consigo la somnolencia, pero esta vez no, dormir sin ella ya no era tan sencillo como los meses pasados, y menos teniéndola tan cerca.
Cansado de dar vueltas en la cama, se levantó, y tuvo que refrescarse con agua fría, el calor era agobiante, no solo el que había en su camarote, calentado por el sol durante todo el día, si no también el fuego que corroía en su alma y no lo dejaba respirar. Se sirvió una copa, y después otra, hasta que decidió que tendría que beberse al menos dos botellas más para que el alcohol le hiciera olvidar las penas.
Asqueado y cansado por ser tan débil ante sus pensamientos, decidió salir a cubierta, preguntó al cocinero de guardia si su esposa había pedido algo para comer, y la respuesta negativa no hizo más que cabrearle el doble. Si ella quería dejarse morir al menos no lo haría en su presencia.
Pero tampoco pensaba dejar que se marchara muy lejos de su vista, así que, no la iba a quedar más remedio que vivir. Ella era fuerte, él lo sabía, había soportado muchas cosas en su vida, superar su muerte no habría supuesto un gran reto.
-                             ¿A quién narices intentas engañar?- le dijo su conciencia- ella te amaba cuando te marchaste otra vez, te dio la segunda oportunidad que tanto la pediste, y ahora eres tan egoísta como para querer una tercera.
-                             ¡No me ayudas en nada!- la grito, aun sabiendo que su mente seguiría trabajando en sentido contrario a su corazón- yo también la amo.
-                             Pero la dejaste- replicó la voz interior.
-                             No por voluntad propia.

Comentarios

EldanYdalmaden ha dicho que…
Es verdad, no la dejó voluntariamente la última vez, todo sea dicho.

Saludos.
Tamara ha dicho que…
Dany, podía haberla consultado... ¿No crees?

Un besazo, pasa un muy muy muy, feliz día.

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