Isemay 41.5
Ella necesitaba tiempo, lo sabía mejor que nadie, tal vez, en un futuro, él lograra encontrar ese dolor que ella tenía dentro y mitigarlo. - Daría lo que fuera por saber qué piensas- oyó al rey tras ella. - Sólo estoy dándome cuenta de las veces que no me ha dejado equivocarme- confesó. - Tal vez no sea un erudito, pero, no comprendo que quieres decir. - Él siempre ha elegido por los dos, lo mejor siempre fue su decisión, decidió separarme de su lado, y lo hizo, ¿Qué debo hacer yo? - Comprender- la dijo después de una pausa- Los hombres no siempre hacemos lo que debemos, tu propio hijo no lo hará cuando crezca, pero no por ello habrá sufrido menos. - Yo fui la víctima- se volvió esta vez para mirar al rey. - Yo te entregué a él, fue la voluntad de mi tío, de tu propio padre,