A veces hay personas que pasan por nuestra vida, y que cuando se marchan, nos damos cuenta de que no eran para tanto, o no nos aportaban tanto, el vacío que se queda se supera, y podemos seguir adelante si ellos. Otras veces, sin embargo, nos falla la persona que menos esperábamos, a la que hubiéramos confiado la vida, y sin embargo, aunque el dolor es profundo, aunque hayamos perdido la confianza en ellos, aunque nuestro mundo parezca desmoronarse por el daño que nos han hecho. Aparecen en nuestras vidas y siguen en ellas y somos felices con ello, ¿Por qué? Yo siempre digo que una cosa mala no cambia una vida de cosas buenas, pero eso no implica que no duela.